AGENCIA LACANIANA DE PRENSA
París, viernes 12 de octubre de 2001

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-NINGUNA CATEDRA DE VERDAD EN EL COLEGIO DE FRANCIA por Luc Miller
-CRONICA DE CINE por Anne-Sophie Janus
-DE UNA EPIDEMIA A OTRA por Eric Laurent
-LOS AÑOS LACAN
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Ninguna catedra de verdad en el Colegio de Francia

Paris, 31 de oct. (ALP) - Par’s, 31 de oct (ALP) El Colegio de Francia quiere promover *la ciencia ciudadana*. Con este fin, ha tomado una iniciativa inedita: organizar regularmente un simposio multidisciplinario sobre un problema de actualidad y de interŽs general: entrada libre. El primero se llevo a cabo los d’as 16 y 17 de octubre ultimos. El comite de organizacion presidido por Jean-Pierre Changeux ha sabido movilizar un pœblico muy numeroso, que se aglutino en el suntuoso anfiteatro Margueritte de Navarre, alrededor del tema *La verdad en las ciencias*.

ÀC—mo podria no evocarme el ultimo texto de los Escritos, *La ciencia y la verdad*? ÀFue conciente la alusi—n a la clase de Lacan, que aparecio por primera vez en enero de 1966 en el primer nœmero de los *Cahiers pour l'Analyse*, publicados por el Circulo de Epistemologia de la ENS, de la cual Jacques Bouveresse era miembro? Nada en la conferencia de apertura que este pronunciara como miembro del comite de organizacion permita pensarlo.

El titular de la Catedra de Filosofia del Lenguaje y del Conocimiento se hizo a un lado para hacer dialogar magistralmente a las numerosas citas. La tesis que el propone es el *realismo estructural*, tal como est‡ desarrollada a partir de Henri Poincare por el Sr. Elie Zahar en una obra aparecida este a–o. Desde su Catedra, el Prof. Bouveresse confiesa, en respuesta al publico, que su propia posicion esta por elaborar, sobre la base de su *robusto sentido de la realidad fisica*, y de su rechazo a admitir que *las unicas cosas que terminan siendo reales son las estructuras matematicas*.

Desde su Catedra de Teoria de los Grupos el matem‡tico Jacques Tits considera su disminucion antes de intervenir en este debate: *Yo podria abstenerme de esta exposici—n, pero he aceptado hablar* (risas del publico). El admite con franqueza y humildad no conocer el lenguaje filosofico, y se dispone a la tarea de describir la practica de lo verdadero en matematicas. La mayor parte de los grandes matematicos no se ocupan de la filosofia (no son los mas conocidos del gran pœblico). La *crisis de los fundamentos* no quebranta su confianza: estan *al corriente de los teoremas de Godel (como de un) peligro que sobrevuela pero que no se concretara*.

*Un teorema es verdadero o no es* (risas), declara Tits. Para ser considerada, una asercion debe ser interesante, bella, util. A pesar de estas cualidades, todas provisorias, ella seria abandonada sin problema si no fuera verdadera: cualidad extremadamente estable que la hace teorema.

Me puse a so–ar un instante lo que podr’a ser una revista matematica dedicada a las aserciones brillantes, pero falsas. ÁSon tanto m‡s numerosas que los teoremas! Pero la comunidad matematica asegura antes la delimitacion de las principales ideas-trampas, por la publicacion de contra-ejemplos, por la transmision oral de puestas en guardia.

*ÁEs matematico!* designa en el lenguaje comœn la mas indiscutible validez. Esta validez es el resultado, sin embargo, de un exigente dispositivo de discusi—n: en el pizarron, tiza en mano. Estos utiles son aun esenciales para numerosos matematicos, como testimonia la monumental matriz de 3 por 3 pizarrones, que domina la sala y al orador. *Si dos matematicos no est‡n de acuerdo, relata Tits, se los ve discutir vivamente durante horas, pero ellos se ponen de acuerdo abruptamente*. Este dispositivo de reduccion de las contradicciones a la comprension no es desconocido por aquellos a los que les fascina la ausencia de dialectica en las matematicas escritas.

El *sorprendente consenso general* que se desprende de ello no debe hacer olvidar los limites de de este dispositivo. Tits cita algunos casos extremos, menos consensuales, en los que le resulta dificil a un matematico responder en el pizarron sobre la validez de un teorema: sea porque la demostracion deviene monstruosa (muchos miles de paginas para la clasificacion de los grupos finitos simples); sea porque ella requiere una inmensa cultura (el Gran Teorema de Fermat); sea porque ella reposa sobre verificaciones combinatorias finitas pero inhumanas, efectuadas por computaci—n (el teorema de los cuatro colores). La validacion se vuelve m‡s dudosa -Tits menciona las *idas y vueltas* de estos teoremas- hasta un cierto punto de estabilidad en que *los matem‡ticos que alcanzan el conocimiento alli, no encuentran mas objeci—n*.

El Colegio de Francia abre generosamente su tribuna a las disciplinas m‡s variadas, incluso a aquellas que no tienen Catedra. Con Olivier Houde, hace tambien soplar los vientos de la juventud y de la audacia. Sin tiza ni pizarron, emancipado de la lectura de un texto, Houde explota con dinamismo y entusiasmo todos los recursos de la tecnologia numerica, y hace desfilar las experiencias de la Psicologia Cognitiva sobre transparencias en colores. Una de ellas lleva este slogan: *La genesis de las normas de lo verdadero en el bebe: la verdad sin las palabras* A *la experiencia de las fichas* de Piaget, que situa el aprendizaje del nœmero a la edad de siete u ocho a–os, el orador opone *la experiencia de los elefantes Babar*, que funciona desde los tres a–os. La secuencia es la siguiente: se presentan al bebe dos Babar, se interpone una pantalla, se agrega un Babar a escondidas, se quita la pantalla, se observa en el bebe una *expresion de sorpresa* (foto de bebe con ojos desmesuradamente abiertos). Houde extrae de esto la consecuencia: el bebe conoce ya el numero- segœn el principio de que no hay efecto de contra-verdad sin norma de lo verdadero, citando como ejemplo los aplausos que provocan los juegos de magia: la transgresi—n de las normas de lo verdadero provoca una forma de satisfaccion. La exposici—n, bastante deslumbrante, es demasiado rapida como para que yo capte todas las articulaciones. El publico aplaude.

Ninguna Catedra de Verdad en el Colegio de Francia. La Verdad tampoco es pronunciada. Los ciudadanos han podido ver a los cient’ficos de carne y hueso.

*** Despacho de Luc Miller, ex-alumno de la Escuela Politecnica, doctor en matematicas, maestro de conferencias en la Universidad de Paris X Nanterre, investigador en el Centro de matematicas de la Escuela Politecnica.

Cronica de cine

Paris, 14 de oct. (ALP) - *Va Savoir*, una danza en tres movimientos de Jacques Rivette.

Farandola - Un cortejo de personajes entra en escena. A la cabeza, una pareja vacilante. Le siguen otras dos parejas de las cuales cada miembro se une por turno a la danza. Los partenaires toman sus lugares, danzarines y danzarinas, frente a frente. La representaci—n puede comenzar.

Cuadrilla? La extravagante locura se pone en marcha en una danza compleja, habil combinacion de pasos y figuras. Los duos iniciales se rompen, los partenaires ondulan y pasan de mano en mano. Las afinidades se esbozan, luego se desvanecen. Las nuevas parejas, formadas gracias a algunos pasos, se entregan a la ejecucion de algunas figuras amorosas: las de los esposos, los amantes y los rivales. Los partenaires evolucionan al ritmo de una musica que alterna entre modo binario y modo ternario. Asi, al tiempo de algunos compases, los duos se combinan a veces en trios para formar triangulos geometricos amorosos.

Reverencias? Preludio al final de este ballet, un nœmero de bailarines equilibristas. Desde lo alto de los palcos de una sala de teatro vacia, haciendo equilibrio, dos hombres se enfrentan en un duelo etilico. Armados de botellas de vodka, Ugo, el saltimbanqui italiano, y Pierre, el filosofo heideggeriano, se entregan al desaf’o de resistir a la ley de la caida de los cuerpos. Bajo sus pies, una red (fuera de campo) aguarda pacientemente al vencido.

La danza llega a su fin y se resuelve sobre un escenario de teatro, alrededor de una selva negra, preparada por una c‡ndida experimentadora culinaria. El film bascula entonces en lo maravilloso. Como por encantamiento, los personajes entran al escenario de a uno, brotando de todos los fuera-de-campo posibles: de lo alto de una escalera, desde atras del decorado, de los bastidores laterales, de entre las filas de la platea y del paraiso. Por un toque de varita magica, dos objetos perdidos: un manuscrito fantasma y una sortija talisman reaparecen y precipitan el relato hacia su feliz desenlace. Las circunvoluciones del relato se deshacen de ellas mismas y las parejas iniciales se reagrupan en una œltima reverencia.

Desde el comienzo del film, la l’nea que separa el teatro de la realidad vacila bajo el efecto del corte. La inverosimilitud de este final logra sembrar la confusi—n, sobretodo porque esta milagrosa voltereta teatral tiene lugar sobre un escenario. Asistimos entonces al fin de un film o de una pieza, la cuesti—n permanece m‡gicamente en suspenso.

Par’s, 29 de oct. (ALP) - El Hombre en la era de la reproduccion tecnica: *A.I.* (Inteligencia Artificial) de Steven Spielberg.

La vida del robot no es una prebenda. Los seres mecanicos son victimas de la obsolescencia y de la desconfianza persistente de sus amos, los hombres. En tanto seres mimeticos, ellos observan a los humanos y aprenden a reproducir sus gestos y mimicas. Sus creadores concentran todos sus esfuerzos en el efecto de realidad y suministran un cuidado sumamente particular a su apariencia. Al borde de una piscina, una pandilla de jovenes muchachos se maravillan de la elasticidad de la piel y de la suavidad de los cabellos de David, once a–os, robot. El mas atrevido del grupo se interroga, con el gesto en contigŸidad con el pensamiento: ÀquŽ disimula el traje de ba–o del robot?

En tanto cuento de hadas corrosivo, *A.I.* se desembaraza de todo pudor excesivo hollywoodense, para abordar francamente la sexualidad y su comercio entre humanos y robots. Oficiante en Rouge City, Gigolo Joe vende sus encantos a los humanos. Sus creadores no han dudado en proverlo de una virilidad mecanica extraordinaria y de un saber-hacer amoroso fuera de serie. En estos tiempos complicados, la humanidad vive bajo el yugo de una pol’tica de la natalidad tan restrictiva que pone en peligro a la masculinidad misma de los hombres. Ningun amante humano sabria satisfacer a las mujeres que tuvieran el gusto por el placer cibernetico. Los hombres son usualmente humillados y empujados a la locura mortal; de esto es testimonio la mujer, cliente de Gigolo Joe, asesinada en una cama de hotel por su marido mortificado.

Frente a la performance esteril de los robots amantes, la eterna juventud de los robots ni–os. Bajo el traje de ba–o de David: una hiancia, inevitablemente. El paso de la sexualidad infantil no ha sido franqueado por esta sociedad del futuro. Ningœn problema para la industria robotica en exponer a su clientela, los padres de estos robots ni–os, a las horrores del amor mecano-edipico.

La busqueda inici‡tica que emprende David en la segunda parte del film est‡, entonces, condenada al fracaso de entrada. Mas alla de su inmutabilidad sustancial - las fibras opticas que lo constituyen son inalterables, su juventud es eterna- el pasaje de la infancia a la edad adulta es por esencia inaccessible a este ni–o, quien no pasara jam‡s por el estadio edipico.

*I'm special. I'm one of a kind*. Habiendo fracasado su busqueda, David se aferra con todas sus fuerzas a este credo individualista. Su resolucion y su tenacidad duran poco. Ellas se quebrantan en cuanto penetra en el antro de su *padre* - digno heredero de Frankenstein - para develar el misterio de su nacimiento. Golpeado por el estupor, descubre tener innumerables hemanos gemelos, simples piezas desprendidas durante el ensamblaje o juguetes ya embalados, listos para ser usados. Toma conciencia, entonces, de la iron’a de su condici—n: el es reproducible. Al infinito.

De una epidemia otra

Paris, 19 de oct. (ALP) - La ALP lo decia desde el comienzo, desde el boletin n¡ 5, con fecha del 24 de septiembre. El asesino terrorista quiere atacar, m‡s all‡ de los simbolos, al viviente. Nuestro nuevo objeto de angustia lo confirma. Este objeto tiene una descripci—n definida: *la cepa bacteriana geneticamente modificada resistente a los antibioticos*. Distingamos por otro lado el objeto de angustia que desborda siempre la descripcion, puro instrumento de acci—n de la voluntad malvada, y el objeto del miedo. Este se puede describir, uno se puede preparar para la eventualidad de su encuentro.

Los responsables de la prevencion en los sistemas de salud se preparan con todo. Congresos y reuniones se multiplican con una rapidez contagiosa. Cada una de las autoridades federales americanas de la Agencia francesa de seguridad sanitaria verifica los stocks de vacunas disponibles para el m‡s amplio espectro posible de armas biologicas. Las cadenas de producci—n de las multinacionales farmacŽuticas prevŽn las m‡ximas cadencias. El cuerpo se siente amenazado, seguramente el piensa m‡s que el pensamiento, siempre obstaculizado por mœltiples contradicciones.

En los Estados Unidos, eso causa un fenomeno de masa. Un responsable en Florida califica de *mass hysteria*, histeria colectiva, la busqueda ansiosa de proteccion de la poblaci—n contra las infecciones. Mascaras de gas y antibi—ticos (Cipro de Bayer) han agotado sus stocks, a pesar de los llamados a la razon. En el momento en que la histeria ha desaparecido de los manuales psiqui‡tricos, ella permanece como palabra elegida por los hombres de la Tierra para designar aquello con lo que deben lidiar. En este contexto, la palabra *histeria* ya no puede ser denunciada como injuria a la femineidad. La epidemia ansiosa toca tanto a los hombres como a las mujeres. Es la ocasion de constatar que el mundo colectivo del *se*, revelado por la epidemia de angustia, no es solamente falsa conciencia, existencia mutualizada. Es la ajustada percepcion de un objeto causa. El *Se* como viviente, mas alla de sus atributos particulares, esta amenazado por la voluntad malvada de un Otro. La angustia colectiva despierta de las rutinas en las que cada uno est‡ atrapado. Cierta cosa de real est‡ del todo en juego.

La amenaza sobre el viviente es mas fuerte en tanto no hay cad‡veres visibles. No vemos muertos, ni en Nueva York, ni en Afganistan,. Fue el gran mandato de los publicitarios-psicologos. Para que el amo sea dejado en paz por la opinion pœblica, bastaria evitar toda imagen de cad‡veres(*corpse* en inglŽs). La situacion deviene inmaterial. Ella no se revela menos real. La politica de la imagen encuentra ah’ un limite.

Los años Lacan

Paris, 13 de oct. (ALP) - Se anuncia que la Velada de inauguracion del 9¡ Sal—n internacional de psiquiatr’a y SNC, tendr‡ lugar el 13 de noviembre de 2001, de18hs. a 20hs., en el Gran Anfiteatro de la Sorbona: *Homenaje de sus pares a J. Lacan, nuestra velada de inauguracion aspira sobretodo a ser una contribucion a la arqueolog’a cr’tica de su obra y de su influencia sobre el espiritu de los tiempos: los a–os Lacan*.

En el programa: el Sr.E. Zafiropoulos: 1938-1953, Lacan antes de Lacan (de Durkheim a Levi-Strauss) / Prof. G. Molinie : Lenguaje y deseo Prof. G. Lanteri-Laura: Lacan psiquiatra, 1960 (La evoluci—n psiquiatrica y Bonneval) / Dr. A. Green: Mis a–os Lacan. Mirada retrospectiva, 1960-1967 / J. Allouch: 1963-1981, Jacques Lacan no me interesa / Prof. P.-L. Assoun: El *pensamiento-Lacan*.

traduccion de Alejandra Edeilberg

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